- Río Turbio es, además de un cúmulo de denuncias de corrupción, un desacierto en materia energética y ambiental, en un mundo que ha decidido abandonar el carbón como fuente de generación de energía.
- Por sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), la central termoeléctrica de Río Turbio anulará el beneficio ambiental generado por la incorporación de fuentes de energía renovable de la Ronda-1 del programa RenovAr.
- La central liberará anualmente 231 kg de mercurio, un equivalente a la emisión al ambiente del mercurio contenido en 462.000 termómetros clínicos por año.
- El Estudio de Impacto Ambiental presentado en 2008 y la Audiencia Pública realizada el mismo año recibieron fuertes cuestionamientos.
- La central producirá 1.800 toneladas de cenizas (residuos) por día sin destino cierto, y liberará cada año unas 15,2 toneladas de torio y 5 toneladas de uranio, ambos elementos radiactivos.
Por María Eugenia Testa @eugetesta
En las últimas semanas, la mina de carbón de Río Turbio y la central termoeléctrica a ella asociada han conseguido un lugar destacado en la agenda parlamentaria y de los medios de comunicación debido al pedido de detención del ex ministro de Planificación, Julio De Vido, en el marco de una causa judicial por denuncias de corrupción.
Pero Río Turbio es, además de estas denuncias, un desacierto en materia energética y ambiental, en un mundo que ha decidido abandonar –mayoritariamente- el carbón como fuente de generación de energía por su gran contribución de emisiones de gases de efecto invernadero y características tecnológicas.
En este sentido y, teniendo en cuenta que el actual gobierno piensa seguir adelante con este proyecto, debemos volver sobre el impacto ambiental que su puesta en operación generará.
Según lo establecido en el proyecto original, la usina de 240 megavatios (MW) utilizará unas 3.720 toneladas (tn) de carbón por día, es decir unas 1.200.000 tn anuales. Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de la central termoeléctrica, según el informe de Estudio de Impacto Ambiental (EIA) hecho por la consultora contratada por la empresa desarrolladora del proyecto – Isolux Corsán-, serán de 4.975,2 tn/día, es decir 1.815.948 tn anuales al 100 por ciento de su funcionamiento. (Este es índice de emisión demasiado optimista, dado el tipo de carbón del que se trata, mucho más cercano al lignito por sus características -carbones de bajo rango-)[1]
En este sentido, la puesta en funcionamiento de Río Turbio anulará el beneficio ambiental generado por la incorporación de fuentes de energía renovable de la Ronda-1 del programa RenovAr, en la que se asignaron 1142 MW[2], por la que se calculó un ahorro de emisiones de gases de efecto invernadero del orden de los 2.000.000 de tn al año.
Por otro lado, en su operación normal, la central termoeléctrica liberará anualmente 231 kg de mercurio, un equivalente a la emisión al ambiente del mercurio contenido en 462.000 termómetros clínicos por año, ya sea a través de emisiones gaseosas o en residuos sólidos. Del mismo modo, liberará cada año unas 15,2 tn de torio y 5 tn de uranio, ambos elementos radiactivos[3].
En lo referente al mercurio, debe tenerse en cuenta que Argentina ratificó, semanas atrás, el Convenio de Minamata, que contiene como punto significativo el control de las emisiones de este metal a la atmósfera, con la meta puesta en el tratamiento de las fuentes pertinentes que corresponden, entre otras, a las centrales eléctricas de carbón, plantas de incineración de residuos, calderas industriales de carbón y fábricas de cemento clínker[4].
Por otro lado, el EIA presentado en 2008 y la Audiencia Pública realizada el mismo año tuvieron fuertes cuestionamientos. El EIA recibió 50 observaciones a través de un informe técnico oficial por información incompleta e incorrecta, además de sugerencias de revisiones y cambios. Esos puntos observados nunca fueron respondidos. En tanto que la Audiencia Pública fue convocada un día de semana a las 14 horas en la localidad de Río Turbio, lo que dificultó la participación ciudadana. De todas formas, la realización de la obra ya estaba decidida cualquiera fuese el resultado de la consulta popular.
Por su parte, la Asamblea Ambiental de Río Gallegos, en su denuncia presentada en 2008, señaló entre otras cosas que la central producirá 1.800 tn de cenizas (residuos) por día. Y vale decir, que uno de los puntos observados al EIA es la falta de explicitación del destino final de estos residuos, observación que al día de hoy continúa sin ser esclarecida.
Además, la central emitirá dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOX) que generan lluvia ácida, monóxido de carbono, material particulado y efluentes líquidos.
Los impactos ambientales, locales y globales (emisiones de CO2), del proyecto de la central termoeléctrica de Río Turbio son inaceptables en estos tiempos, más aún cuando históricamente la Argentina no ha dependido del carbón para la generación de energía.
Para lograr un desarrollo energético integral y contribuir a la disminución de gases de efecto invernadero, el país debe aprovechar sus abundantes recursos naturales renovables. En esta línea, el gobierno nacional debería rever su idea de avanzar con este proyecto de alto impacto ambiental y escasa significancia energética.
[1] Greenpeace 2009: “Carbón: combustible para el cambio climático. Proyecto central térmica de Río Turbio” http://www.greenpeace.org/argentina/Global/argentina/report/2010/cambio_climatico/octubre_2010/informe_base_carbon_rio_turbio.pdf
[2] Sin contabilizar la Ronda-1.5
[3] Greenpeace 2010: (Actualización)“Carbón: combustible para el cambio climático. Proyecto central térmica de Río Turbio” http://www.greenpeace.org/argentina/es/informes/informe-carbon-rioturbio/
[4] Norkus, Ana: “Minamata: una respuesta global a la amenaza del mercurio”. https://puntoverdeblog.net/2017/03/16/minamata-una-respuesta-global-a-la-amenaza-del-mercurio/