- Hoy se celebra el “Día Mundial de los Humedales” y hace exactamente un año, el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, se comprometió a enviar al Congreso de la Nación un proyecto de ley de presupuestos mínimos para la protección ambiental de estos ecosistemas.
- El Poder Ejecutivo no solo no cumplió con su anuncio, sino que además el bloque oficialista en el Senado flexibilizó el proyecto allí existente. Ese proyecto obtuvo media sanción.
- El proyecto de ley carece de la principal herramienta para realizar un ordenamiento del territorio: la moratoria.
- De ser sancionada, esta ley no cambiará significativamente la situación actual de los humedales.
Por María Eugenia Testa
Hace exactamente un año, en el Día Mundial de los Humedales, el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, junto al Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Sergio Bergman, se comprometió a enviar al Congreso de la Nación un proyecto de ley de presupuestos mínimos para la protección ambiental de estos ecosistemas.
“Tenemos que cuidar esto que es tan valioso para nuestro país, desde la Laguna de los Pozuelos en Jujuy, pasando por los Esteros del Iberá, por el Palmar Yatay de Entre Ríos, la reserva de la Costanera Sur hasta la Península de Valdés«, dijo el presidente el 2 de febrero del año pasado.
«Tenemos que ser un importante protagonista contra los factores que producen el cambio climático; tenemos que cuidar y potenciar este tipo de regalos que nos da la naturaleza en función del país, las futuras generaciones y el mundo entero”, añadió[1].
Pero el Poder Ejecutivo no solo no cumplió con lo anunciado sino que además, el bloque oficialista en la Cámara de Senadores de la Nación trabajó para frenar primero y flexibilizar después el proyecto de ley allí existente. Y fue acompañado por Senadores de distintos bloques. Y el proyecto fue aprobado.
Pero este proyecto de ley de humedales que cuenta con media sanción del Senado es simplemente una trampa, debido a que no establece una herramienta primordial para ordenar el territorio: la moratoria a las actividades que se realizan en zonas potencialmente protegidas hasta tanto se haga su inventario y ordenamiento. Esto significa que al mismo tiempo que se estará trabajando sobre el mapa se estará modificando el territorio.
El requisito de la moratoria es esencial para resguardar la calidad y un marco de racionalidad mínima en el que debe desarrollarse el proceso de ordenamiento. De otro modo, el ordenamiento territorial deberá emprender una carrera contra el tiempo, en la que su adversario será la infinidad de autorizaciones de intervenciones en el territorio que terminarán condicionando su resultado. Un proceso especulativo de este tipo se dio, por ejemplo, en la provincia de Salta durante los años 2006 y 2007 previo a la sanción de la Ley de Bosques. En estos casos, la moratoria permite minimizar la corrupción y el otorgamiento especulativo de permisos de intervención en los ecosistemas ante la inminencia del ordenamiento de los humedales.
Así, sin moratoria durante el plazo en el que realizará el inventario y el ordenamiento territorial (5 años en total como mínimo), los sitios a inventariar y ordenar sufrirán cambios. De esta forma el mapa final no coincidirá con la realidad del territorio, dando como resultado un inventario y un mapa de ordenamiento desactualizado.
La moratoria, por otro lado, constituye una herramienta efectiva para que las jurisdicciones realicen sus ordenamientos territoriales en tiempo y forma. Su ausencia se ve agravada, además, porque la asignación de las partidas presupuestarias del Fondo Nacional de Humedales creado por la ley no están atadas a la realización de dicho ordenamiento.
Además, y volviendo al antecedente de la Ley de Bosques y a las trampas que muchos propietarios de las tierras encontraron para escapar o directamente violar aquella ley, este proyecto debería establecer de manera explícita el principio de no regresión dentro de los criterios del ordenamiento, a fin de no dar lugar a las recategorizaciones prediales de zonas de mayor nivel de protección a las de menor nivel, tal como también ocurrió en Salta con la Ley de Bosques.
Por lo tanto, de ser así sancionada la ley no cambiará significativamente la situación actual de los humedales, más allá de que el país contará con un inventario nacional, para lo que no era necesario sancionar una ley de presupuestos mínimos. Sin promesas cumplidas y con una ley tan laxa los humedales seguirán sin protección.
[1] La Nación: «Macri anunció una nueva ley para regular los humedales». http://www.telam.com.ar/notas/201602/134943-macri-ley-humedales.html