- El Área Metropolitana de Buenos Aires necesita un enorme inversión, para evitar una catástrofe social de magnitudes en las próxima década o a lo sumo en 20 años.
- El Gobierno Provincial podría acordar condiciones con los gobiernos municipales del AMBA para que garanticen un mínimo de inversión urbana
- No estaría fuera de lugar que el Gobierno Provincial acuerde condiciones con los gobiernos municipales del AMBA para que garanticen un mínimo de inversión urbana.
Por Fabio Quetglas, director de Sociedad y Territorio*.
El Área Metropolitana de Buenos Aires necesita un enorme inversión, para evitar una catástrofe social de magnitudes en las próxima década o a lo sumo en 20 años. Los barrios sin servicios del tercer cordón del Gran Buenos Aires se cuentan de a cientos y en ellos todo es precario, no solo las viviendas. En esos barrios, el promedio de edad es ostensiblemente más bajo que en la Capital Federal (familias más amplias) y todos los indicadores sociales muestran números decididamente alarmantes y absolutamente consolidados: desempleo, precariedad laboral, acceso a servicios, etc.
En ese contexto, cuando la lluvia o la sudestada producen muertes o generan evacuaciones masivas se visibiliza una situación absolutamente ineludible: en el corazón del poder, donde más diferencias electorales obtiene el partido de gobierno se ha construido una situación de lesión masiva de derechos ciudadanos. El urbanismo y el derecho a la ciudad no deberían ser objeto de un tratamiento superficial y ocasional. Es razonable preguntarse si no afecta la calidad de nuestra democracia una situación tan extrema, como la que muestra el Informe de TECHO sobre villas y asentamientos en el Gran Buenos Aires.
El desafío es complejo, pero no inabordable. El problema no solo es la situación, sino la tendencia. Este cuadro dramático no apareció de un día para el otro, pero nos queda claro que los esfuerzos hechos han sido mal enfocados o no hemos sido lo suficientemente enérgicos y consistentes. ¿Qué hacer frente a este panorama?
1.- No estaría fuera de lugar que el Gobierno Provincial acuerde condiciones con los gobiernos municipales del AMBA para que garanticen un mínimo de inversión urbana. Una enorme mayoría de municipios destina más del 60 % de sus ingresos totales en personal – transformando a los gobiernos locales en enormes aparatos de construcción de clientela- y menos del 5 % en inversión. Lo mismo debería exigirse a la propia Provincia y a la Nación.
2.- Obviamente, hay que constituir de un modo urgente un espacio de coordinación metropolitana, en el que tanto el gobierno federal como el de la Ciudad de Buenos Aires, por la escala y por la composición socioeconómica, sean aportantes netos de un programa de obras ambicioso y de beneficios colectivo.
3.- Limitar con un sentido estricto las urbanizaciones cerradas a crearse y darle un tratamiento fiscal razonable a las creadas.
4.- No estaría fuera de lugar que el Gobierno Provincial acuerde condiciones con los gobiernos municipales del AMBA para que garanticen un mínimo de inversión urbana, de modo de poder incidir en la evolución territorial, ya sea en su sentido como en su calidad.
5.- Garantizar un programa de seguridad en los barrios, con decisión y calidad profesional dado que hoy es el límite a cualquier inversión en esas zonas y por tanto, sin empleos cercanos, condena a los habitantes a una trashumancia urbana degradante. Hay mucho para agregar, lo importante es no esperar la próxima sudestada para continuar este debate.
*La nota se publicó originalmente en sociedadyterritorio.com.ar