- A 10 años de creación de ACUMAR se presentó una restructuración del Plan de Saneamiento Ambiental (PISA), pero aún no se definen cuales serán los objetivos de recomposición.
- El nuevo PISA no cuenta con un diagnóstico de situación y no expresa las cargas totales de vertidos contaminantes que aporta el sector industrial.
- Se realizaron múltiples monitoreos de calidad de agua y aire, pero no se elaboró una línea de base, desde donde establecer las estrategias de prevención y control de la contaminación.
- Durante los años 2006 y 2009 se identificaron los sectores industriales de mayor impacto ambiental y se estimaron los aportes de descargas contaminantes de origen industrial, pero no se avanzó sobre esos escenarios.
- Una vez más, se presenta el plan para el plan, los objetivos para determinar los objetivos y los indicadores para medir los indicadores.
Por Consuelo Bilbao
Los famosos 1000 días de María Julia Alsogaray (ex Secretaria de Ambiente de la Nación) para sanear el Riachuelo son un emblema a la hora de recordar las promesas incumplidas por parte de los gobiernos. Sin embargo, durante su gestión se informaba que las descargas al Riachuelo de origen industrial eran de 88.000 m3 diarios y las de origen cloacal de 360.000 metros cúbicos. Hoy, después de 10 años de gestión de ACUMAR, no se conoce públicamente cual es el total de las descargas de origen industrial vertidas al rio y cuál es la cantidad de toneladas de sustancias peligrosas en dichas descargas. Tampoco sobre el caudal de vertidos cloacales. En líneas generales, la restructuración del Plan Integral de Saneamiento (PISA) no establece un diagnóstico de situación desde donde se rediseñan las líneas de acción.
Esto no es una falencia menor si uno de los objetivos centrales del plan es “dejar de contaminar”, porque para lograrlo hay que saber cuales son los niveles de contaminación y quienes la generan. Para llevar adelante un plan de saneamiento debe conocerse cuál es la línea de base, expresada en volumen de sustancias contaminantes aportadas al río, y establecerse metas de disminución progresiva de dichos contaminantes de acuerdo a la capacidad de depuración que tenga el rio y a los objetivos de recomposición que deben establecerse.
Si bien desde el 2006 a la fecha son muchas las acciones realizadas por ACUMAR en materia de monitoreo de la calidad de agua y aire del Riachuelo, estos datos no fueron utilizados para elaborar una líneas de base concreta y visible en la nueva restructuración del PISA. En otras palabras, no está expresado en el plan cuáles son los aportes de vertidos contaminantes que realizan los sectores industriales de mayor impacto ambiental y cuáles serán las metas de disminución progresiva de dichas descargas, para que el Riachuelo pueda comenzar el camino hacia la recomposición. Una vez más, se posponen esas definiciones fundamentales para la elaboración de una planificación a través de una estrategia de participación llamada “visión compartida”, ¿Volver a empezar?
Si miramos hacia atrás en la gestión de ACUMAR, ya existían estudios que permitían determinar algunas líneas de base que nunca se tomaron como efectivas, para avanzar en normativas que permitan establecer metas progresivas de disminución de la contaminación, o mejorar y completar estas modelizaciones. En el año 2006, la SAyDS[1] informaba que el sector de las curtiembres y los frigoríficos aportaban 2 millones de metros cúbicos de descargas diarias al Riachuelo. En el año 2009, los estudios realizados para el Banco Mundial[2] indicaban que el sector industrial aportaba casi 68 toneladas por día de residuos orgánicos (medidas por DBO[3]), lo que representaba el 73 % de toda la DBO vertida a la Cuenca. También se informaba sobre las toneladas de sustancias toxicas aportadas de manera anual por algunos sectores industriales.
A diferencia de los comienzos de ACUMAR, ahora se cuenta con numerosas campañas de monitoreo ambiental y recopilación de datos que podrían hacer el salto de calidad para el PISA. Sin embargo, se presenta el plan para el plan, los objetivos para determinar los objetivos y los indicadores para medir los indicadores, pero los datos, los objetivos de calidad ambientales y las metas concretas para la recomposición aún no llegan. Es necesario redefinir el plan, pero esta vez debe serlo para hacer efectivo el rumbo del saneamiento y de manera inmediata, no podemos esperar otra década para “dejar de contaminar”.
[1] Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Plan Integral Cuenca Matan Riachuelo, 2006.
[2] Banco Mundial, Documento de Evaluación de Proyecto del Programa de Prestamo Adaptable Propuesto por un Monto de U$S 840 Millones para la República Argentina Destinado al Proyecto De Desarrollo Sustentable de la Cuenca Matanza Riachuelo, 26 de mayo de 2009.
[3] Demanda Biológica de Oxigeno (DBO) en un líquido es la cantidad de oxigeno que requieren los microorganismos, durante la degradación de las sustancias orgánicas contenidas en esa muestra. Es un parámetro utilizado para determinar el estado o la calidad del agua de un cuerpo hídrico.